Era un hombre muy dominante
A muchos nos gustan los hombres dominantes, y él lo era. Su cuerpo era impresionante, yo no podía dejar de mirarlo. Sus musculos bien marcados y un físico que lo hacía irresistible. Empezamos a besarnos, era más algo qu eyo y me costaba un poco. Luego me comí su verga, que rica la tenía. Luego me agarró y me tiró en el sofá para follarme, él me dominaba y hacía lo que quería, yo estaba encantado de que así fuera. Al final acabé sentado en sus rodillas mientras me seguía follando, que tarde más excitante que fue aquella.