Vente a mi casa y te olvidarás de todo esto
Cada vez que iban a las duchas el jovencito tenía problemas de acoso por parte de sus compañeros. A veces acababa en el suelo llorando, pero por suerte para él uno de sus compañeros le entendía perfectamente. Se agachó para hablar con él y le dijo de ir a su casa para que tratara de olvidarse de todo. Por supuesto aceptó, era una mano amiga y no pensaba rechazarla. Una vez allí le dijo de ir a su habitación para hablar, se sentaron en la cama pero pronto se vieron cuales eran sus intenciones. Pero él también lo deseaba, desde el primero momento en el que lo vio. Empezaron a besarse y poco después le estaba follando el culo con bastante dureza, pero eso si que le gustaba de verdad.