Les ponía calientes coger frente al espejo
Les daba morbo hacerlo mientras se veían, y pocas cosas son tan placenteras como verse a uno mismo cogiendo frente a un espejo. Ellos lo tenían claro, por lo que se desnudaron y el chico le comió el rabo de rodillas, mientras tanto el otro se miraba en su querido espejo. Adoraba su cuerpo y verse haciéndolo, también ver al otro comiéndole el rabo. Pero cuando penetró el culo de aquél jovencito fue todavía mucho mejor, verse a sí mismo meneando el trasero mientras se la metía una y otra vez se la ponía bien dura, al joven también le gustaba aquello. Siguieron hasta que se corrió en su culo.