Voy a follarte y punto
Se lo dijo a su hermano y desde luego que lo hizo, era su castigo. Mientras jugaba a la consola rompió su juego favorito, ese idiota tenía que pagarlo. Le empujó al sofa y allí bajó sus pantalones, abrió su culo y mientras el chico se giraba se lo dijo, iba a follárselo y no había más que hablar. Lamió su ano y eso a su hermanastro le gustó, se podía ver en su cara. Estaba tan caliente que poco después totalmente desnudos se comían las vergas. Poco después el mayor cumplía su palabra, se la metió y se lo folló en el sofá del salón de casa.