Un amigo de verdad me follaría el culo
No podía creerse lo que había hecho su amigo. Se bajó los pantalones y le enseñó el culo diciéndole que tenía una molestia, pero no hacía más que tocarse su ano. El otro no quería ni mirar y giraba su cabeza, pero era complicado no fijar la mirada en su trasero. Fue entonces cuando le dijo que al fin y al cabo eran amigos, y que si de verdad era así no tendría problemas en follar con él. Empezó a meterle los dedos en su culo mientras le otro se retorcía de placer. Aquello fue el principio, ya que ambos se calentaron de tal forma que acabaron desnudos. Se comieron los rabos y al rato estaba follándoselo demostrándole que de verdad era su amigo.