Tu sigue jugando hijo, como si yo no estuviera…
El hombre no quería que le prestara atención, pero lo que le estaba haciendo era para darse cuenta. Mientras el chico jugaba con su consola él le tocaba la verga, hasta que consiguió ponérsela dura. En ese momento el muchacho dejó el mando de la consola y él también participó de aquello tocándole. Finalmente se desnudaron y se comieron las vergas hasta que el maduro lo puso a cuatro patas y se la metió bien dentro de su culo junto al sofá de casa. Acabó encima de él mientras el muchacho estaba tumbado boca abajo, una de esas cosas que la madre del chico nunca sabrá.