Dime por favor que te gustan las vergas
Ese hombre asiático era culturista, y al verlo allí frente al espejo exhibiendo sus músculos se le puso dura como nunca. Se acercó a él para verlo de cerca y tocó sus pectorales mientras le dejaba caer que lo deseaba, algo más que obvio. Por supuesto le gustaban las pollas, estaba seguro de eso. Se la enseñó y comenzó a comérsela, que un hombre corpulento como él te haga una mamada es excitante. Pero cuando se puso a cuatro patas y pudo metérsela estaba excitado como nunca en toda su vida. Comenzó a follárselo disfrutando de ese macho hasta que se dio la vuelta y abrió sus piernas. Volvió a metérsela y siguió follándolo mientras le miraba a los ojos.