Tranquilo hijo, duele solo al principio
El muchacho estaba a solas con su padrastro, tenía mucha confianza con él y siempre solía hablar de todo. El hombre sabía perfectamente lo que al joven le gustaba, así que no tenía vergüenza a la hora de enseñarle fotos de hombres que le parecían guapos. Un rato más tarde le sorprendió dándole un beso, si tanto interés tenía en los hombres le iba a enseñar como lo hacía uno de verdad. Le desnudó y pudo ver su pequeño culo, el cual no tardaría en penetrar. Primero se lo lamió haciéndole gozar, el muchacho experimentó un placer indescriptible. Luego le metió un dedo en su ano comprobando lo estrecho que estaba. Después simplemente se la metió. Le hizo daño al principio, pero pronto disfrutó del sexo como nunca habría imaginado.