Siempre me has puesto cachondo
Era cierto, siempre se había sentido atráido por él, le ponía bien cachondo. Allí sentados y tras confesarlo no tardaron en besarse apasionadamente al tiempo que se desnudaban. Fueron a la cama, allí desnudos se comían las vergas disfrutando de sus fibrosos cuerpos. Se puso a cuatro patas y entonces lo penetró. Se lo hizo a cuatro patas hasta que poco después abrió sus piernas y siguió follándoselo duramente bien abierto de piernas. Siempre le había puesto cachondo y ahora sabía porqué, el sexo entre ambos fue algo increíble.