Religiosos sucumben al pecado de la carne
Hay momentos en los que un hombre no puede dejar de ser precisamente eso, un hombre. A pesar de las creencias religiosas, de todo el respeto posible hacia las mismas, en ocasiones se siente una atracción imparable por otra persona y no se puede luchar contra ello. Eso es lo que les ocurre a estos dos chicos. Ambos son novicios en una orden religiosa y son muy buenos en lo que hacen, pero tuvieron un momento de debilidad. Los dos chicos se besaron, y a partir de ahí no pudieron parar.
Acabaron follando en el sofá, sin ir siquiera a la cama para no arrepentirse de lo que estaban haciendo por el camino. Su único objetivo después de tanto tiempo de abstinencia sexual era correrse.