Mi nuevo compañero de piso ahora es gay
Seguramente siempre fue gay, pero él no lo tenía claro. Nada más mudarse conmigo ya sabía que en algún momento ocurriría, que tarde o temprano terminaríamos follando. Y así fue, tal y como lo había imaginado.
El chico no lo tenía muy claro, pero en cuanto me metí su polla en mi boca y empecé a mamársela vi en su cara unas muecas de placer que lo delataban. Le estaba gustando, y mucho.
Al poco ya estábamos en mi cama los dos desnudos, cuerpo con cuerpo. Mi polla cerca de su culo hasta que lo penetré. El cabrón se abrió de piernas como una putita para que mi polla entrara mejor… y vaya si entró, se la metí entera.
Cuando terminamos me confesó que fue la mejor experiencia de su vida, y procuramos repetirla siempre que podemos.