¿No vas a mirarme papá?
Un buen padre cuida de su hijo, y eso hacía él. Había tenido un accidente y apenas podía salir de la cama, por lo que le hacía de comer y lo que hiciera falta. Pero el muchacho le confesó un secreto, y es que debido a su lesión no podía hacerse pajas, necesitaba correrse. Finalmente el padre le hizo el favor, metió las manos bajo la sábana y empezó a pajearle. Por momento se arrepintió, pero poco a poco fueron cada vez más lejos. Le dijo que quería que jugara con su culo, finalmente el padre le metió la polla en su boca. Eso al muchacho le gustó, pero aun disfrutó más cuando sintió que se la metía en su culo. Eso si, el padre no quería ni mirarlo, pero el chico insistía en que quería que le mirase a la cara mientras se lo follaba.
Acabó corriéndose con los ojos cerrados, no lo miró pero bien que se corrió el cabrón.