Necesito hablar contigo hijo
Era su padrastro, pero tenía que hablar con él de algo serio y él estaba dispuesto a escucharle. Cuando le puso sus manos en su cara él pensaba que era un signo de cariño, pero en realidad el maduro estaba cachondo. Poco a poco la relación entre ambos fue más íntima y estrecha, hasta que el muchacho decidió ponerse de rodilas para comerle el rabo. Luego el hombre lo puso apoyado contra la pared mientras se lo follaba, y al rato fueron a la cama donde hicieron algo que la madre del joven nunca supo.