Menudo cuerpazo tenía el cabrón, y menudo rabo
Era el típico que se dedicaba a la carga y descarga, ya sabes, un tío bastante corpulento. Cuando el muchacho se le acercó simplemente se limitó a pedirle ayuda, él entendió que sería para trabajar. Pero la ayuda que él demandaba solo era de tipo sexual. Fueron a su casa y pronto se lo hizo saber, por lo que comenzaron a besarse a la vez que se desnudaban. Ese cabrón tenía un cuerpo perfecto, bien musculado y tonificado. Pero lo mejor de todo era lo que escondía bajo los pantalones… un gran rabo negro. Empezó a comerle la polla, pero el muchacho no tardó mucho en tubarse en la cama esperando que lo penetrase, cosa que hizo por supuesto.
Se lo estuvo follando a pelo hasta que tras no demasiado esfuerzo ambos acabaron corriéndose y llenándolo todo de semen.