Menuda tarde voy a pasar con mi padre
A este jovencito y a su padre, el gimnasio les ha unido más de lo que cualquiera de los dos pensaban en un principio. Lo que empezó como una sana afición, ha acabado con una relación sentimental entre ambos. Se pasan todos los días juntos ya que, cuando no van al gimnasio a pasar la tarde moldeando sus cuerpos, se quedan en casa haciendo otro tipo de ejercicio físico.