Me duele un poco más arriba…
Nunca imaginó que a su mejor amigo le gustaban en realidad las pollas, era su secreto mejor guardado. Aquél día aseguraba haber sufrido una lesión en la pierna que le impedía apenas andar. Puede que fuera verdad, por lo que su amigo se ofreció a masajearle. Sin embargo no hacía más que decirle que las molestias las tenía más arriba, pero a esa altura solo quedaba por tocarle la polla… era justamente lo que quería. Pronto el otro muchacho entendió lo que pretendía, aunque no se lo esperaba. Rápidamente comenzaron a desnudarse y a besarse, era algo que en realidad ambos deseaban en secreto demasiado tiempo pero que nunca se habían atrevido ni a llevar a cabo ni a hablarlo siquiera.
Tras desnudarse se comieron la polla en el sofá, pero pronto los dos acabaron tirados en el suelo de la habitación. Uno de ellos penetró el estrecho culito del otro muchacho y así fue como llevaron a cabo la primera relación sexual que tenían los dos juntos. Por supuesto el chico a la hora de acabar se corrió dentro de su culito, dejándolo chorreando leche.