Los buenos amigos siempre follan a pelo
Que fueran amigos no implicara que por ello no tuvieran sexo. Ellos eran jóvenes y con cuerpos perfectos, además solo pensaban precisamente en en eso, en follar. Allí en casa de uno de ellos comenzaron a besarse mientras se tocaban sus torsos desnudos, hasta que acabaron en el sofá comiéndose las vergas. El sexo oral y las mamadas estaba bien, pero ellos querían más. Uno se preparó agachándose y esperó a que el otro se la metiera, por supuesto a pelo. Eran buenos amigos y tenían confianza suficiente como para hacerlo sin protección, además así podían sentirse mejor. Un rato más tarde se puso encima y siguió follándoselo, hasta que se tumbó en el sofá de medio lado.
Al final los dos acabaron corriéndose y por supuesto él concluyó con todo su cuerpo lleno de leche.