Lo hacían en plena calle y acabaron en una casa abandonada
Estaban tan calientes que el lugar les dio igual. Uno de los chicos se metió en un estrecho callejón, sacó su verga y empezó a pajearse, eso le daba morbo. Pero el otro muchacho no tardó en percatarse de lo que hacía y se le quedó mirando. Luego se acercó y agarró su verga, los dos estaban cachondos y acordaron ir a algún sitio más tranquilo para poder follar. Tras recorrer el barrio acabaron en una casa abandonada, allí había tirado un colchón y comenzaron a comerse las vergas. Poco después uno de los jovencitos penetró el culo del otro desconocido para así disfrutar del sexo. Los dos acabaron corriéndose sobre aquél colchón viejo.