Empotrado por su gran verga negra
Desde luego aquél hombre negro era un tío bien dotado físicamente, tanto por su musculoso cuerpo como por su gran polla negra. Comparado con él, un chico blanco y delgado el contraste era brutal. Aun así ambos se atraían y no tardaron en desnudarse. Lo primero que hizo fue comerse su verga negra, la cual se metió entera en su boca durante un buen rato. No solo se la chupó, sino que además durante un buen rato le folló la boca como si fuera su culito. Pero nada más acabar con el oral lo preparó para penetrarlo, y literalmente lo empotró. Cuando sientes a un macho como aquél hombre dentro de ti tu cara es de felicidad máxima, por eso no podía dejar de sonreir.
El negro siguió follando su estrecho y delgado culo hasta que finalmente por supuesto acabó corriéndose. Sabía perfectamente el hombre que tenía en casa y no pensaba dejarlo escapar.