despertando al amigo a pollazo limpio
La fiesta navideña se había alargado demasiado y el día se me había echado encima. Después de recoger la casa y limpiar la cocina, me dirigí al salón a despertar a un amigo que todavía no había marchado a su casa pero cuando vi su cuerpo inerte ahí echado en el sofá no pude reprimir mis instintos homosexuales más ancestrales. Empecé a acariciarle la polla y en unos momentos me lo estaba follando ahí mismo sin siquiera despertarlo de su borrachera. Lejos de quedarse extrañado, se despertó siguiéndome el juego sexual y ofreciéndome su culo.