¿Y si me follas el culo?
Lo bueno de ser madurito es que no tienes ganas de perder el tiempo. Ellos se conocían del gimnasio y quedaron en casa de uno de ellos, pero no se demoraron demasiado en hacer lo que ambos deseaban. Cuando uno le dijo al otro que le follase el culo ni se lo pensó. Primero le comió toda su polla mientras disfrutaba de su escultural cuerpo, para su edad era impresionante. Bueno, en realidad los dos lo eran.
Poco después comenzaron el sexo anal, una buena penetración mientras los dos se besaban y disfrutaban de sus musculosos cuerpos. Finalmente se corrieron los dos. Esto es algo que no contarán en el gimnasio, pero que seguramente repetirán en más ocasiones.