Un hombre muy grande me cogió
El cabrón del maduro era un hombre muy grande y musculoso, todo lo que un chico como yo puede desear. No le costaba ningún esfuerzo agarrarme y levantarme entre sus fuertes brazos, eso me la ponía muy dura. Quise complacerle, me agaché y comencé a comérsela, se puso muy duro en mi boca. Luego me puse a cuatro patas, tras lamer mi culo me la metió. Sentir a un hombre tan corpulento follándote es un placer inexplicable. Tras un rato follando así se tumbó en la cama y yo me puse encima de él para saltar mientras me la metía una y otra vez. Al final me tumbó a mi y así fue como acabó corriéndose en mi culito, sentí toda su leche caliente chorreando. Después me la volvió a meter nuevamente.