Te voy a follar y no me importa lo que digas
El chico era su vecino y de hecho tenían una buena relación. Tal vez por eso aquél día no se esperó que ocurriera de esa forma. Había entrado en su casa como muchos otros días, pero en aquella ocasión se le veía nervioso y alterado. No sabía que le ocurría, pero pronto lo averiguó. Le agarró de la camisa con fuerza para sorpresa suya y le dijo que quería follar.
Si hubiera sido algo más sutil seguramente también se habría salido con la suya, pero su vecino era así. Acostumbrado toda la vida a obtener lo que quería no se conformaba con rodeos ni con sutilezas, cuando quería algo simplemente lo cogía.
Y en esa ocasión lo que quería era follarse el culo de su vecino sin importarle nada más. Pronto estaban los dos chicos desnudos mientras él se preparaba para follarle el culo, no quería esperar demasiado tiempo para ello.