Si, me estaba pajeando, y ahora tu probarás mi polla
Lo pilló pajeándose, y no era la primera vez que sucedía. Pero no tuvo que echárselo en cara, por lo que tras hacerlo tuvo que someterse a su voluntad, quiso darle un buen castigo por ello. Lo tenía como él quería de rodillas frente a él, una posición perfecta para sacarse la polla y ponérsela en su puta cara. Nada más hacerlo su amigo y compañero de trabajo comenzó a chupársela, en cierto modo lo deseaba desde hace mucho tiempo a pesar de que nunca lo habían hablado. Se la chupó por supuesto, y sentir su polla en la boca fue una experiencia increíble que desde luego no pensaba contar a nadie.
Estaba totalmente cubierto de sudor mientras seguía chupándosela sin parar, era su castigo y él lo aceptaba. Mientras tanto el otro tío se había desnudado completamente y no se conformaba con una mamada. Le puso el trasero y le dijo que se lo chupara también, por supuesto lo hizo. Comenzaba a gustarle aquello y el otro tío se percató, fue entonces cuando le dijo que él también tenía que quitarse la ropa. Llegado ese momento sabía que se lo iba a follar, y no le importó. Se puso totalmente en pelotas a cuatro patas y lo penetró. Comenzó a embestirle con fuerza, quería destrozar su trasero. Mientras se lo follaba con dureza él apretaba sus dientes con fuerza, estaba dispuesto a llegar hasta el final.
Aguantó toda aquella follada como un buen macho hasta que ambos se corrieron.