Papá me lo enseñó todo del sexo, él me cogió
Los conocimientos de un padre son un tesoro de valor incalculable, pero cuando se trata de sexo uno no se espera que el maduro quiera enseñar a su hijo con una lección práctica. Todo comenzó cuando salieron a la luz varias revistas pornográficas, por supuesto homosexuales. Fue entonces cuando ambos se miraron de forma furtiva y picante, sabían lo que le gustaba a cada uno y que podían hacerlo en ese mismo momento.
Pronto se sacaron las pollas y comenzaron a jugar, parecía un juego pero los dos sabían como iba a acabar. El primero fue el jovencito, que se metió la polla de su padre en la boca para hacerle una mamada. Pero claro, el maduro tenía que enseñarle como satisfacer a un hombre, y desde luego le puso empeño.
Primero le dio indicaciones para que le hiciera la mamada, luego penetró su culo hasta correrse. En sus planes estaba enseñarle cosas, pero también de disfrutar de aquella irrepetible oportunidad.