Mi jefe es la puta de la oficina
Es totalmente contraproducente tener una empresa y convertirte en la putita de alguno de tus empleados, pero claro, si tu secretario es un joven cachas guapísimo y con un gran pollón es muy fácil caer en la tentación. Si os pasa algo parecido yo os aconsejo que lo llevéis en secreto si no queréis tener problemas, lo que hagáis en el despacho es cosa vuestra y no le interesa a nadie más.