Mi hijo era virgen, ya no lo es
Y ya no volverá a serlo nunca más. Era mi hijastro, cuando llegó a casa me pilló saliendo de la ducha, por alguna razón ese joven ocultaba que lo que le gustaban eran las vergas, y en ese momento se puso cachondo al imaginar la mía. Le ofrecí algo de merendar, pero él no paraba de mirarme, hasta que tocó mi pecho. Luego sus manos fueron solas hasta mi rabo y me pajeó, pudo sentir lo duro que yo estaba en ese momento. Acabamos desnudos, le comí su rabo bien duro y luego lamí su ano. Me dijo que era virgen, eso me puso más cachondo aun, no tardé en abrir sus piernas y meterle todo mi rabo bien dentro. En la cocina de la casa perdió su virginidad anal.