Un masaje entre amigos acabó así
Su amigo era masajista y le prometió darle un buen masaje. La cosa se les empezó a ir de las manos porque siempre había habido algo de tensión sexual entre ambos, aunque nunca habían hecho nada. Al sentir las manos de su amigo el chico se empalmó.
Se dio la vuelta y su amigo levantó la sábana que cubría su polla, y ahí vio su verga bien dura y venosa. Como un acto reflejo se agachó y se la empezó a comer. Al poco ya estaban los dos tumbados en la camilla disfrutando de un 69 en el que ambos se mamaban las pollas.