Los hombres duros también tienen sentimientos
Eran dos hombres duros y rudos, curtidos en el campo y en el trabajo extremo. Ambos ya eran maduros, pero a pesar de todo ello los dos tenían grandes sentimientos que si sabían expresar. Vivían y trabajaban en condiciones extremas, cuando uno de ellos llegó a la cabaña que allí tenían estaba derrumbado, sus lágrimas se veían en sus ojos. El otro hombre era más mayor que él, y le acurrucó en su pecho para que se encontrara mejor. Pero aquello les llevó a ambos a besarse apasionadamente, era una forma de desahogarse de verdad. Tras aquél fogoso beso fueron desnudándose, y el más maduro de los dos fue directamente a por su culo, se lo iba a penetrar pero antes lo lamió a conciencia.
Los dos estaban desnudos sabiendo que nadie los iba a interrumpir, por lo que se puso a cuatro patas y comenzó a follárselo. Estaba anocheciendo y aquello hizo que fuera todo mucho más especial para ambos. Los dos se corrieron tras aquella follada y acabaron fundidos en un gran abrazo hasta que se durmieron.