Joder tío, nunca me habían follado así
Solo hay que ver la cara de placer del chico para darse cuenta de lo mucho que está disfrutando. La cosa empezó como un masaje entre dos amigos. Uno de ellos presumía de lo bien que sabía dar los masajes. Pero poco a poco fue acercando sus manos al culo de su amigo. Le introdujo hasta tres dedos en su ano, el chico no podía creerse lo mucho que estaba disfrutando de aquel peculiar masaje gay. Después de eso solo faltaba el final feliz, agarró su polla y le folló el culo. La cara de satisfacción no era fingida ni mucho menos, el cabrón disfrutaba como nunca en toda su vida había hecho.