Hijo, hoy te voy a enseñar cosas de hombres
El momento esperado de todo hijo y de todo padre, el momento en el que ya se le puede considerar un hombre. El chico fue al garaje de su padre para intentar aprender algunas cosas sobre mecánica, pero apareció el padre para echarle una mano. Ya se había dado cuenta de que era ya todo un hombre, y por tanto sujetándole del hombro le indicó que podría enseñarle otras cosas de hombres. El joven se quedó pensativo, pero entendió bien lo que pretendía. Tras aquello todo fue rápido para ambos, hasta que el padre lo penetró en el mismo garaje. No paró hasta correrse sobre el muchacho, desde luego era todo un hombre.