Hijo, ¿has hecho los deberes? No, pero puedes comerme la polla
Uno de tantos «ninis» que ni estudian ni trabajan y que además controla totalmente a su padre. O más bien lo controla con su polla. El maduro tiene una enfermiza obsesión con su hijo desde que se quedó viudo. Al encontrarse solo se le abrieron ciertas puertas que él mismo había cerrado durante años. Y el hecho de que su hijo saliera del armario le dió alas a mantener relaciones sexuales con él.
El chico por otro lado no hace absolutamente nada, simplemente se pasa el día tirado en la cama o con sus amigos, eso cuando no está follando con su padre. Cuando el hombre le pregunta el chico simplemente le responde con obscenidades, a las cuales responde su padre gratamente pues le encanta el sexo con él, no lo puede resistir.
Es por ello que muchas veces cuando lo ve entrar en su habitación sabe perfectamente lo que quiere y lo que busca, y él se lo da sin andarse con rodeos. Finalmente y como era obvio padre e hijo acabaron follando, el padre penetrando al jovencito el cual parecía más que encantado de recibir nuevamente la polla de su progenitor.