Todo estaba en venta, pero su polla era gratis
Esto es lo que ocurre cuando organizas un mercadillo en el barrio. Lo último que esperas es que venga un tío que vaya a ponerte cachondo y que además esté dispuesto a follar. Cuando se sacó la polla de los pantalones era una invitación que decía algo así como que: mi polla es gratis y es para tí.
Obviamente ante tal invitación nadie podría resistirse. Y como el otro tío no es de piedra se saca también la polla para que vea lo que esconde dentro de sus pantalones. No tardaron mucho en terminar follando en el mismo garaje, sin importarles si quiera si pudiera aparecer algún otro vecino.