Estaba a su servicio para todo
Era el señor de la casa desde luego, un tío con un altísimo poder adquisitivo que podía permitirse el tener un hombre a su servicio las 24 horas del día. Pero claro, su trabajo no solo consistía en ocuparse de las tareas y prestarle servicios. Cada vez que él lo requería le pedía sexo, y él por supuesto se lo daba, ya que era quien pagaba.
Aquella mañana se despertó con una gran erección, por lo que en cuanto lo vio se lo dijo, él ya sabía que tenía que hacer. Mientras el señor de la casa leía el periódico él procedió a hacerle una mamada. Se puso aun más cachondo, por lo que se desnudó y poco después puso a su mayordomo a cuatro patas para penetrar su culito. De hecho se lo folló dos veces, ya que nada más terminar la primera follada se corrió y fue a vestirse, pero una vez vestido se volvió a poner cachondo y folló su trasero hasta que volvió a correrse.