Ese oso era demasiado grande
El maduro era todo un oso, un hombre enorme cubierto totalmente de pelo. Además, sus pezones siempre se la habían puesto bien dura. El muchacho era todo un vicioso y por supuesto le gustaban los hombres como él. Se desnudaron, poco después ese enorme macho estaba sobre él metiéndosela, él se comía su pezones mientras tanto. Verse envuelto entre sus brazos le hacía sentirse protegido, follar con él era increíble. Al final le sacó toda la leche con su boca, él sabía como hacer que se corriera. Tras eyacular los dos se abrazaron, él se quedó acurrucado sobre su pecho peludo.