El oso me cogió y luego me dio cariño
Era un hombre grande y fuerte, era fácil dejarse llevar por él. Los dos estábamos desnudos, era muchísimo más grande que yo como puedes ver. Se sentó y yo comencé a comérsela como un perro de rodillas, también me comí su peludo culo de oso. Luego me senté en sus rodillas y me penetró, siempre que lo hago con él me siento muy protegido, me da mucha seguridad.
Luego me puso a cuatro patas y continuó haciéndomelo desde atrás, hasta que se corrió. Pero es un oso bien cariñoso, nada más correrse me abraza envolviéndome entre sus grandes brazos para así de esa forma darme cariño, cosa que me encanta.