Deja que él lo haga todo
Tumbado en la cama no pretendía moverse, tampoco hacía falta puesto que el otro iba a encargarse de todo. Fue a por su rabo y comenzó a tocárselo, cuando vio que se iba poniendo duro se lo comió. Se fueron desnudando, un rato después se ponía sobre él para que lo penetrara. Se estaba encargando de todo y además lo estaba haciendo demasiado bien. Al cabo de un buen rato se decidió a moverse, lo puso a cuatro patas y empezó a follárselo, ahora le tocaba a él hacerlo. Al final los dos acabaron llenos de leche mirándose y sonriendo, les había encantado.