Con su biblia en la mano iban casa por casa hasta que…
A todos nos han tocado las pelotas los típicos chicos religiosos que van con su biblia en la mano intentando hacernos ver lo mal que hacemos las cosas y que ellos son la respuesta. Otra cosa no, pero encontrar fueron precisamente ellos los que se encontraron, y fue precisamente una buena verga.
A la primera de cambio uno de los dos muchachos sospechó lo que el tío les estaba queriendo decir y salió huyendo de allí, pero el otro se quedó. No se sabe si porque era un poco tonto, si quería llevarlo por el buen camino, o si es que le gustaban las pollas simplemente. La cuestión es que entró en casa de aquél tío, el cual tenía un aspecto bastante descuidado, iba en consonancia con el desorden de su casa.
Ni se lo pensó, y estando el chico sentado en el sofá él se puso de pie, se sacó la polla y se la puso en la cara. Efectivamente la respuesta era que le gustaban los rabos, porque no veas como la chupaba el cabrón. Después de la mamada aquél tio se puso a jugar con él, o más concretamente con su ano hasta que acabó follándoselo.
Desde luego hacía tiempo que ese chico no se corría, porque en el momento de hacerlo parecía que se descomponía. No solo fueron unos chorros brutales, sino que su cara lo decía todo. Era evidente que él prefería el mal camino.