Comenzaron a intimar y al poco estaban follando
Ninguno de los dos estaban seguros de lo que iban a hacer, pero lo cierto es que se dejaron convencer. Tras un rato pensándoselo finalmente accedieron, tampoco les costó mucho hacerlo. Se fueron quitando la ropa y calentándose, desde luego se gustaban mutuamente. Empezaron a besarse, tocarse y disfrutar de sus fibrosos cuerpos.
Luego pasaron a las mamadas, beso negro… y estaba más que listo para metérsela en su culo, cosa que hizo. Tras penetrarle estuvieron follando sin parar hasta que finalmente llegaron sus jóvenes corridas. Ambos se corrieron cada uno en la boca del otro, y tras la corrida siguió mamándosela. Sin lugar a dudas le había gustado bastante su rabo.